Sebastia es un pequeño pueblo situado en Cisjordania, en la verde región de Samaria; rodeada de extensiones de olivos que hoy vive el drama de la guerra.
En las colinas circundantes, los asentamientos de colonos se están expandiendo cada vez más, amenazando la seguridad de los aldeanos.
A lo largo del tiempo hemos puesto en marcha muchos proyectos, con el objetivo de preservar y poner en valor la historia y el patrimonio cultural de la ciudad: la tumba de Juan el Bautista, las cerámicas de Nisf Jubeil, las pensiones... Un proyecto reciente involucró a niños y jóvenes de la zona en la creación de un equipo de fútbol sala: jugar alumbraba nuestros ojos, verlos jugar nos iluminaba.
Todo esto ha ayudado a conservar algunas chispas de esperanza, que deben ser reparadas del viento del odio y de la guerra. Uno de ellos hoy arde más que nunca: en colaboración con el ayuntamiento de Sebastià organizamos una actividad de voluntariado que involucró a los jóvenes de la zona en la limpieza de las calles del barrio y pintando las paredes y puertas. El objetivo es involucrar a los jóvenes en actividades útiles para su ciudad y su tierra, que en este momento es muy importante que sientan cerca de sí mismos y de su identidad, y que sientan que están haciendo algo activamente para preservarla y cuidarla.
Estas son las palabras de Shady, organizador de la actividad:
"Involucrar a los niños en la limpieza de los barrios del país aumenta su sentido de pertenencia a esta nación. Dado que la violencia y los conflictos actuales son causados por la tierra y el control sobre ella, resultaba importante organizar una actividad de este tipo. Además, es fundamental transmitir a los niños el mensaje de que el hogar no es solo el lugar donde se duerme: su hogar y su tierra son mucho más que eso".
"A pesar de la guerra y la destrucción, nuestro país seguirá siendo hermoso".