«El arte de la caligrafía no es solo una forma artística: es una forma de resistencia cultural, un medio para expresar la belleza y la fortaleza de nuestra identidad palestina y árabe».
Desde finales de septiembre, nuestro centro en Belén, Dar al-Majus, ha albergado un taller de caligrafía árabe impartido por el calígrafo de Gaza Hany Sarsour. Durante seis clases, los participantes aprendieron los fundamentos de varios estilos de escritura árabe, incluyendo el estilo diwani. Esta escritura toma su nombre de la palabra diwan, que en árabe denota tanto una antología poética como una asamblea privada e importante convocada por el sultán durante el Imperio Otomano, una escritura en cuyas raíces se encuentran poesía, poder y secreto, confiriéndole un aura de prestigio y misterio.
«Hay una belleza particular en las formas de las letras árabes y su esplendor», cuenta Hany Sarsour, feliz de compartir su amor por el arte caligráfico y la resonancia que ofrece para la cultura árabe y palestina y sus reivindicaciones. La caligrafía árabe «no es solo una forma de escribir»: es «esplendor», es diálogo, es «un puente a través del cual el mundo puede conectar con dos historias antiguas», la árabe y la palestina, aprendiendo «valores humanos capaces de trascender espacio y tiempo». Un arte puente de paz, entonces, que en el último mes ha llegado a los habitantes de Belén.
¿Quiénes eran los estudiantes que participaron en el taller? ¿Qué crees que los motivó a participar?
Los estudiantes del curso eran un grupo diverso en edad y contexto: había jóvenes y adultos, hombres y mujeres. Me sorprendió mucho esta gran diversidad, y todos estaban igualmente involucrados. Imagino que el entusiasmo se debía, por un lado, al deseo de explorar nuevas formas artísticas, y por otro, a la curiosidad de acercarse a un arte que es una parte esencial de nuestro patrimonio cultural.
La caligrafía árabe está profundamente conectada con la identidad cultural islámica y árabe, y para muchos, aprender este arte significa fortalecer su conexión con ella. También hay una belleza particular en las formas de las letras árabes y su esplendor, lo cual lleva a muchos a querer aprender el arte de la caligrafía. Desde mi perspectiva, creo que los participantes del curso obtuvieron muchos beneficios a nivel personal: aprendieron los conceptos básicos y se familiarizaron con diferentes herramientas y estilos caligráficos, como el cúfico, el diwani y el grafiti. Además, no hay que olvidar el beneficio espiritual de la caligrafía árabe: escribir en este estilo requiere esperanza y concentración, y ayuda a desarrollar y cultivar la calma y la meditación.
¿Qué tipos de herramientas usas para practicar y enseñar caligrafía? ¿Y qué textos eliges como base?
Obviamente, utilizamos pinceles de varios tipos, según las necesidades específicas de cada ejercicio. Los estudiantes tuvieron la oportunidad de probar pinceles tradicionales, fabricados con materiales naturales y tallados en ángulos particulares para adaptarse a los diferentes estilos de caligrafía que necesitábamos. Los mejores pinceles para la caligrafía son suaves y finos, ya que permiten una aplicación uniforme del color.
Para escribir, utilizamos tablas específicas para caligrafía, diseñadas para facilitar el control de las letras, relajar las manos y asegurar precisión, garantizando así trazos fuertes y ángulos definidos. Para los textos, utilizamos escritos clásicos y textos poéticos, creando así una conexión entre los participantes y las características de la lengua y escritura árabes.
Diste el curso a distancia para estudiantes en Belén. ¿Encontraste un interés artístico pronunciado en la ciudad de Belén? ¿Alguien ya conocía el arte de la caligrafía?
Algunos estudiantes ya tenían una pasión por la escritura o un conocimiento básico de este arte, pero para muchos fue el primer encuentro con la caligrafía árabe, y fue gratificante ver su entusiasmo y su deseo de explorar y comprender los detalles de una disciplina tan compleja. Esta experiencia representó para ellos una nueva forma de aprender árabe, explorándolo no solo como lengua materna, sino también como un camino artístico.
Hablando de Belén, espero algún día poder admirar en persona la belleza, la vitalidad y el patrimonio cultural y arquitectónico de esta área, donde tradición y modernidad se entrelazan. También noté un fuerte deseo, especialmente entre los más jóvenes, de usar el arte para expresar identidad cultural y abordar cuestiones sociales, señal de un vivo interés en la ciudad por las posibilidades comunicativas del arte. Esta experiencia me hizo enamorarme de la ciudad, y espero poder visitarla pronto.
Y respecto a tu conexión con tu tierra natal, Gaza, ¿cómo cultivaste tus intereses artísticos y qué papel ha jugado y sigue jugando Gaza en tu formación artística?
Nací y crecí en Gaza, un lugar que ha contribuido profundamente a forjar mi identidad como artista y como individuo. Vengo de una familia modesta pero muy unida. Mis padres siempre han sido un gran apoyo en mi carrera artística, a pesar de todas las dificultades que hemos enfrentado.
Mi padre, Issa, trabajó en Israel por más de veinte años, mientras que mi madre se ocupó de la familia y el hogar. Ambos siempre me han alentado a seguir mis sueños y a no rendirme nunca, una lección que me acompaña hasta hoy, aunque en Gaza no quede nada, ningún sueño, ningún futuro, solo la sal de las lágrimas y la amargura.
Vivir en Palestina, inmerso en su belleza y su historia, ha fortalecido mi vínculo con la caligrafía como medio para expresar la herencia árabe. Con el tiempo, he comprendido que la caligrafía árabe no es solo una forma de escribir: es un arte capaz de traducir sentimientos e ideas complejas, convirtiéndose en un medio de comunicación visual donde se funden belleza y significado. En esta forma artística, encontré un medio para expresarme y para explorar la belleza y la cultura de mi pueblo.
¿Cuál crees que es el significado del arte de la caligrafía hoy en Palestina y qué le dice este arte a nuestro tiempo?
La caligrafía no es solo una forma artística: es una forma de resistencia cultural, un medio para expresar la belleza y la fortaleza de nuestra identidad palestina y árabe.
Creo que la fuerza de las artes tradicionales árabes, y la razón por la que vale la pena alentar su difusión, es que llevan a Palestina y al mundo árabe a la atención global, yendo más allá de los límites de la escritura y los signos gráficos. Con las letras árabes se pueden transmitir las emociones y las experiencias de las personas árabes, incluida la alegría y la esperanza. En una época marcada por la velocidad y los cambios, la caligrafía representa un momento de belleza calmada y meditativa, ofreciendo al mismo tiempo un sentido de esperanza y un valor otorgado a los detalles, a las pequeñas cosas. Es mucho más de lo que representan las propias letras: es un lenguaje que llega al ser humano universal.