"Hemos elegido fundar un museo porque la situación en Tierra Santa, que ya es complicada en el frágil equilibrio entre las diversas personas que la componen, hoy en día se está convirtiendo aún más difícil".
Gracias al amor y al trabajo del padre Stéphane Milovitch, un fraile franciscano, presidente del Santo Sepulcro y director de la Oficina de Bienes Culturales de la Custodia de Tierra Santa, podremos ver restaurado el espléndido altar del Calvario. El resultado de la restauración se expondrá en Florencia a partir de mediados de septiembre, en el museo Marino Marini.
Padre Stephane, ¿cómo un museo puede crear un diálogo?
Una de las misiones de la Iglesia es convertirse en un puente que una a las diversas poblaciones; tanto el Museo Terra Sancta de Jerusalén como el proyecto de su ampliación son manifestaciones de esta vocación. A la sección arqueológica, de hecho, se añadirá pronto una sección histórica, que albergará objetos de gran valor.
El diálogo es un camino de paz que los franciscanos han seguido durante siglos: desde mediados del siglo XVI nos hemos dedicado a la apertura de escuelas en Tierra Santa, que acogían y educaban a niños y a jóvenes cristianos, judíos, musulmanes... Eran lugares de encuentro e intercambio. Incluso hoy, la presencia de la Iglesia en Tierra Santa, aunque es muy limitada, constituye para las poblaciones locales un importante punto de referencia, tanto para las obras asistenciales como para la dimensión educativa y cultural.
El Museo Terra Sancta alberga numerosas obras procedentes de Europa, lo que lo convierte en un lugar de identidad para las numerosas comunidades judías que viven aquí, ya que pueden encontrar y reconocer sus raíces europeas. El museo es un lugar para encontrar su propia historia incluso para los musulmanes,: los numerosos firmans que se conservan hoy en día son documentos preciosos, testigos de un pasado en el que el presente tiene sus raíces. Por lo tanto, es evidente el deseo de incluir en este lugar a los diferentes pueblos que componen el mosaico de Tierra Santa para convertir el museo en un puente de diálogo y de paz.
¿Qué papel juega el altar del Calvario en esta misión?
También el altar, que fue donado por Fernando I de Médicis al Santo Sepulcro y que ya está listo para ser expuesto después de su restauración, es un testimonio de la tensión hacia el diálogo: se podría considerar el altar mismo como un puente, ya que une tanto a dos lugares como a dos tiempos y a dos civilizaciones.
La parte superior del altar fue creada en Florencia, a finales del siglo XVI, mientras que la parte inferior fue realizada algún tiempo después en Jerusalén, por los artesanos del Convento de San Salvatore. Este dualismo hace de ello un emblema del museo y de su misión: la dualidad de la obra conecta y une a la Iglesia de Jerusalén y a la Iglesia europea, dos almas que juntas forman una unidad completa.
¿Qué función desempeña el diálogo entre Oriente y Occidente y qué contribución aporta a la Iglesia?
Por un lado, la Iglesia de Jerusalén, como Iglesia Madre, desempeña un papel fundamental para mantener viva la tradición y la memoria histórica del cristianismo; por otro lado, la Iglesia europea resulta central para responder a los desafíos modernos y para difundir el mensaje cristiano en contextos nuevos y dinámicos.
Creo que la complementariedad entre Oriente y Occidente es esencial para la Iglesia universal: es el equilibrio entre tradición y renovación, lo que permite a la Iglesia permanecer viva en todos los tiempos, sin dejar de permanecer en el presente.
¿Cuál es el espacio de la cultura en Tierra Santa hoy en día?
Desafortunadamente, la cultura se considera a menudo un lujo superfluo. Sin embargo, precisamente a través de ella es posible construir el entendimiento mutuo, promover el diálogo y desarrollar la capacidad de cohabtar las diferencias, preparando la vía para la paz, que es el objetivo final y más importante de esta misión.
La esencia del Terra Sancta Museum y de las exposiciones que estamos montando se centra justo es eso. Dar a conocer un patrimonio tan importante para nuestra historia significa crear oportunidades de reconocimiento y contacto entre los individuos. A partir de esta misión educativa y de nuestro proyecto de difusión, hemos organizado cinco o seis exposiciones que se montarán en los próximos años, para anticipar la inauguració de la nueva sección del museo.
El Museo Terra Sancta es un proyecto que Pro Terra Sancta apoya y promueve desde hace varios años.
