Sigue avanzando el curso de formación del arte del mosaico, una nueva iniciativa puesta en marcha por la Asociación Pro Terra Sancta para el desarrollo del empleo y de la economía local en Belén, hecha en colaboración con el Centro Mosaico de Jericó.
Esta pequeña pieza es parte de una iniciativa mucho más amplia, la cual en el pasado año ha disfrutado de la colaboración entre la Asociación Pro Terra Sancta, la Custodia de Tierra Santa, el Patriarcado Latino de Jerusalén, y la inestimable ayuda de la CEI - Comité de intervenciones de caridad para los países del Tercer mundo, que entre sus funciones está la compra de edificios de importancia histórica en el corazón de Belén, cerca de la Basílica de la Natividad.
La base fundamental de esto proyecto se encuentra en el doble propósito de mantener constante la presencia de las familias e instituciones cristianas en los Santos Lugares, y de dar nueva vida a las propiedades cristianas en desuso para el bien de toda la comunidad, para las actividades pastorales y educativas en el territorio.
Mientras se terminaba la renovación y decoración de interiores del Centro, se anunció la lista final de los seleccionados, integrada por seis mujeres y un hombre, todos ansiosos por volver al juego y aprender el arte difícil de la producción artesanal y restauración del mosaico. El Centro Mosaico de Jericó, una ONG local dedicada a la protección y mejora del patrimonio artístico y cultural de Palestina, ha donado el equipo, un entrenador con 16 años de experiencia, que guiara a los estudiantes en sus primeros pasos.
¿Qué valor puede tener una iniciativa de este tipo, con sólo 7 beneficiarios involucrados? Mucho, mucho más de lo que se podria imaginar a primera vista. Donde no hay acceso garantizado a la educación y formación profesional para todos, el Centro Mosaico dará una opportunidad a largo plazo que podrá ser realmente un punto de partida para los estudiantes, sus cónyuges, las familias, los niños que se beneficiarán de una ingresos adicionales y un progreso social que de otra manera se les ha negado.
Este curso no es un punto de llegada, sino es una plataforma o punto de partida para nuevos desarrollos, nuevos cursos y un plan de formación y producción para involucrar y beneficiar de manera siempre fiable a la comunidad local.
Entre los participantes del curso, nos encontramos con Fátima. Ella reconoce que es « difícil practicar bien esta arte. Pero solo estoy comenzando, me gusta lo que estoy aprendiendo, y sé que vamos a aprender mucho más en los próximos meses.” Y quién sabe – quizas sea capaz de realizar un proyecto proprio en el futuro, junto a su marido y "ayudarlo a crear productos típicos. O tal vez abrir nuestra propia tienda! "
Haady, el profesor del curso, también mira futuro con confianza. Él viaja cada dia desde Jericó a Belén para enseñar las técnicas y la historia del mosaico a sus estudiantes: "El curso es una gran oportunidad, y me parece que está bien organizado. Estoy dispuesto a ayudar con mi experiencia en el campo. Espero que el Centro Mosaico puede crecer aquí en Belén, para dar oportunidades a más personas y para aumentar la conciencia de nuestro patrimonio artístico y cultural ".
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