Fue en 2011 cuando comenzó la colaboración, como señal de amistad y paz, entre Jerusalén y el municipio de Rovereto para el proyecto "Getsemaní, conservar el pasado y formar el futuro". El objetivo era la restauración del mosaico de la Iglesia de las Naciones (conocida también como Getsemaní), pero con una atención especial en hacer partícipe a la comunidad local: de hecho, seis jóvenes de Jerusalén fueron formados en la restauración de mosaicos, y 1500 niñas visitaron la Basílica y las obras.
De esta manera, se ha intentado aumentar la unión de los jóvenes con su territorio y enseñarles a valorizar las riquezas históricas y artísticas de esta ciudad. Un objetivo ampliamente alcanzado que, el 31 de enero del 2014 fue coronado con la entrega de certificados a los seis jóvenes palestinos - tres chicos y tres chicas -, en presencia del embajador palestino de la Santa Sede Aissa Kassissieh, del Cónsul italiano Elena Clemente, del alcalde de Rovereto Andrea Miorandi, del Viceregente de la Asociación Campana de los Caídos Lorenzo Saiani, del ecónomo de la Custodia de Tierra Santa fray Ibrahim Faltas, del alcalde de Bronzolo Benedetto Zito y de Carla Benelli y Osama Hamdan, coordinadores del proyecto para ATS pro Terra Sancta y para el Mosaic Centre Jericó.
La ceremonia tuvo lugar en el Ma´mal, centro cultural palestino de la Ciudad Vieja en Jerusalén. Todas las autoridades presentes remarcaron la relación histórica entre Italia y la Tierra Santa, bajo el símbolo de la cooperación, con la mirada dirigida tanto al pasado, para la tutela de los bienes artísticos, como al futuro, formando y sensibilizando a los jóvenes palestinos en la cultura de la belleza, como educación para la paz.
Carla Benelli y Osama Hamdan describieron esta experiencia, que ha durado un año y medio, con los jóvenes, sostenidos y educados para hacer frente a una propuesta fascinante pero al mismo tiempo agotadora. Diez millones de teselas fueron limpiadas por los jóvenes restauradores y expertos en mosaicos, restituyendo al antiguo esplendor unos mosaicos de elevada calidad, con detalles de altísima precisión, que datan a los años 20 del siglo pasado. Los jóvenes restauraron también lagartos bizantinos que hacen referencia a la famosa peregrina Egeria del siglo IV en su Itinerarium. Una belleza que se estaba perdiendo, como destacó Osama Hamdan, por culpa de infiltraciones de agua en el techo (reparado por artesanos expertos de Trentino), causando un daño particular a la base de las bóvedas, entre otras cosas.
La formación impartida a estos jóvenes palestinos ha sido completa, enseñándoles no solo las técnicas si no también proponiéndoles lecciones teóricas de historia del arte y visitas guiadas con docentes expertos.
Gracias a este proyecto, los jóvenes - Anas, Salam, Esra', Muntasser, Raed y Dana - han desarrollado un talento y unas competencias específicas, tan poco difundidas en un territorio y contrariamente, tan rico de mosaicos. Y ahora se encuentran con una perspectiva laboral como restauradores y artesanos del mosaico.
El proyecto tiene prevista una fase de desarrollo que se dedicará durante los próximos meses a la iglesia del Dominus Flevit, y en el que participará el municipio de Bronzolo.
Belleza, cultura y trabajo como camino para la paz, cuyo signo son las huellas en los mosaicos de la fachada del Getsemaní, los proyéctiles de la guerra de 1967, dejados allí para afirmar que el odio nunca ha tenido la última palabra y que la paz es un bien que hay que construir juntos.