CONTEXTO Y OBJETIVO
La Ciudad Vieja de Jerusalén expone a sus jóvenes a difíciles condiciones de vida. El flagelo de la deserción escolar se extiende entre ellos y, a menudo, se ven involucrados en el tráfico de drogas y el crimen organizado. Estos fenómenos se ven reforzados por las diversidades religiosas presentes en Jerusalén, a menudo percibidas como fuentes de rivalidad.
En 1995 los frailes de la Custodia abrieron en este contexto la escuela musical Magnificat, abierta a niños y jóvenes de todas las religiones. Juntos, musulmanes, judíos y cristianos crecen en un contexto de promoción cultural a través del estudio de la música.
Pro Terra Sancta realiza campañas de apoyo al instituto musical para la compra de instrumentos y para la organización de conciertos y eventos. Su objetivo final es fomentar en la música una base de diálogo compartido para todos y aportar valor para todos, sin distinción de raza, cultura o religión.