Es una historia maravillosa de afinidad entre dos matrimonios, uno de Italia y otro de Jerusalén, que ni siquiera se conocen entre sí. Marisa y Francesco nos cuentan que, en su 50 aniversario de boda se acordaron de sus hermanos de Tierra Santa y decidieron dar una generosa donación a una familia en Jerusalén, junto con sus hijos, nietos y parientes.
Gracias a ellos, la oficina técnica de la Custodia de Tierra Santa pudo ayudar a Peter y Farida, una pareja que acababa de celebrar su aniversario de bodas número 51. Su casa está ubicada en un complejo conocido como " Dar el kbir ", frente a la octava estación de la Vía Dolorosa en la Ciudad Vieja de Jerusalén y, hasta ahora, el único baño de la pareja de ancianos estaba en el otro lado del patio. " Los dos tenemos mala salud, dice la señora Ballouta, y estamos muy agradecidos a los franciscanos y la familia italiana por su obra, porque ya no tenemos que salir a la calle para ir al baño. Era muy incómodo, especialmente en invierno o cuando llovía".
El complejo " Dar el kbir " es un ejemplo original e histórico de vivienda social, construido a finales del siglo XIX por los franciscanos. Entonces, las viviendas se construían así, con baño exterior compartido entre varias casas. Hoy en día, la mayoría de los apartamentos se ha renovado y tiene un cuarto de baño en el interior; el de Peter y Farida era uno de los últimos, y los trabajadores de la oficina técnica de la Custodia, que participan en el proyecto "Jerusalén, piedras de la memoria", también han reparado la instalación sanitaria de la residencia en las últimas semanas, que, como muchos otras en la Ciudad Vieja, se encontraba en muy mal estado.
La familia de Peter es, de hecho, una de 400 ayudadas por la Custodia de Tierra Santa, que se encarga del mantenimiento y costes de rehabilitación. Ayudar a una de estas familias significa ayudar a la pequeña comunidad cristiana de Jerusalén a sobrevivir, mantener sus vínculos con esta Ciudad Santa y actuar como una presencia viva en torno a los Lugares de la Revelación. Por esta razón, ATS pro Terra Sancta sigue pidiendo a la generosidad de todos, para que la preciosa parte de Tierra Santa, que es la comunidad cristiana pueda seguir viviendo aquí y dar testimonio de su fe.