"El 25 de agosto la Autoridad que controla la Franja de Gaza introdujo 48 horas de cierre total, debido a los primeros 4 casos de Coronavirus detectados dentro de la Franja. Los casos registrados hasta ahora, (132 casos en total, 72 personas recuperadas y 3 fallecidas), fueron pocos. Los contagiados eran detectados en zonas de control sanitario colocados en la frontera entre Egipto e Israel, evitando el ingreso del virus en la ciudad. En estos momentos, teniendo 4 casos en la ciudad, la situación se volvió aún más peligrosa. Gaza es uno de los lugares con más personas en el mundo, (son dos millones de personas), en un territorio de 372 kilómetros cuadrados, no puede enfrentar la pandemia y darle seguridad a sus ciudadanos.
El Padre Gabriel Romanelli, el párroco de la Franja, cuenta con unos cien fieles en su parroquia, y nos mandó noticias sobre la situación en Gaza: “Gracias a Dios, antes no se habían registrado muchos contagios dentro de la Franja, pero ahora estos nuevos casos nos preocupan”. Por lo tanto él cerró los colegios y todas las actividades de la parroquia hasta cuando las autoridades locales den nuevas disposiciones”.
Debido a la crisis sanitaria, la situación económica empeoró: “Dado que varios trabajadores tuvieron que pararse o se les redujo el sueldo, la situación que antes igual era muy grave, empeoró aún más”, sigue comentando el Padre Romanelli. Debido a las restricciones por tres meses tuvimos que suspender todas las actividades de la parroquia, causando mucho estrés entre las personas. “La gente se quedó en casa, creando muchas dificultades también dentro de la comunidad cristiana. Crecieron los problemas familiares, las peleas, e incluso hubo problemas de depresión entre niños y adolescentes”.
Sin embargo, también durante el bloqueo, el Padre decidió no interrumpir totalmente las actividades de la parroquia: “Decidimos no rendirnos y hacer de todo para acompañar a las personas, y evitar que se sientan olvidadas o descuidadas. A lo largo de todos estos meses, cuando fue posible, les visité varias veces a las familias llevándoles el Santísimo Sacramento, la Unción de los enfermos, la Confesión, y rezando también el Santo Rosario con ellas. Por último, les visité regularmente a los enfermos y a los ancianos”.
La comunidad creó unos bonos alimenticios para ayudar a las familias con las compras. Como en muchas otras parroquias de Tierra Santa, se utilizó la tecnología para estar al lado de los fieles. “A lo largo de todo el mes de mayo organizamos certamenes, momentos de oración, cantos, capacitaciones y juegos, para que los niños y jóvenes permanecieran cerca de la Iglesia”, nos cuenta el Padre Romanelli.
Extendimos todas las actividades de la parroquia involucrando a todos los cristianos, no solamente a los católicos: “Aquí, a pesar de que solamente haya 132 católicos, realizamos actividades para todos los cristianos, afirma el Padre con orgullo, dentro de una Iglesia ecuménica y no sólo Católica que forma parte de una gran familia. Las actividades incluyen encuentros constantes para los distintos grupos: hay reuniones para los más pequeños, los exploradores, los monaguillos, los hombres y las mujeres de la parroquia y mucho más”.
Ahora, después de varios meses, la parroquia pudo reabrir: “La acción de la Iglesia no podrá ser eternamente virtual, es necesaria para la vida spiritual y mental de las personas, sobre todo aquí en nuestra pequeña comunidad cristiana de Gaza”. En estos días, nos comunica el Padre a través de la emisora de radio Vatican News, debido al cierre total, por 48 horas nadie pudo salir de casa, aunque, estando en una zona bélica, el cierre total o la obligación de quedarse en casa son algo rutinario, y por otro lado tenemos miedo porque sentimos los efectos de la pandemia en Tierra Santa e Israel y los muertos, esperando volver a salir con todo el cuidado cuando hayan pasado las 48 horas”.
El Padre Romanelli junto con la asociación de la parroquia les ayuda a los “niños mariposa”, que padecen la Epidermolysis Bullosa, una rara enfermedad genética que no permite caminar y causa bolitas y heridas en la piel o en la mucosa. 32 niños de la Franja de Gaza tienen esta enfermedad. Junto con los gastos para las terapias de estos niños, la parroquia organizó varios proyectos con los jóvenes y actividades de emergencia sanitaria.
Termina el padre: “Muchas gracias por lo que podrán hacer. En caso de que para ustedes sea imposible brindarnos su apoyo, comprendemos perfectamente la situación y confíamos en la Providencia Divina, que encontrará la forma de ayudarnos”. A lo largo de estos años Asociación Pro Terra Sancta nunca le hizo faltar su ayuda a la parroquia de Gaza, y volvió a aceptar las solicitudes del Padre Romanelli, solventando los gastos de la parroquia, que van aumentando cada día más, junto con los proyectos dedicados a las personas más pobres y necesitadas.