La Semana Santa de este año ha sido una prueba especialmente dura para los cristianos en Egipto.
En El Cairo especialmente, la situación de continua inestabilidad política post-revolución está creando mucha desconfianza entre la gente, además de agravar una situación social y de pobreza ya de por sí grave.
Los frailes del convento del Musky, uno de los más antiguos de la Custodia de Tierra Santa, nos cuentan, en la persona del guardián, la situación de emergencia en la que viven al servicio del prójimo.
“Los cristianos y musulmanes que reciben nuestra ayuda no viven en condiciones tan solo de pobreza sino, a menudo, de miseria. Lo que podemos ofrecerles es realmente poco y son muchos entre los que dividírselo. No tenemos muchas posibilidades, aparte de la ayuda directa de la Custodia y de los benefactores”.
Las principales emergencias son: la vivienda, ya que no hay alojamiento adecuado y no hay espacio disponible para todos. A menudo las condiciones en lo que aquí se llaman casas son inhumanas. Emergencia médica: Se debe intervenir continuamente para las admisiones en los hospitales y enfermedades de todo tipo. Emergencia educativa: Existen algunas clases después de la escuela pero las familias tienen dificultades para hacer frente a los gastos, por lo que buscan ayuda en el convento también para esto. Los frailes organizan dos pequeños centros de escuela preescolar. Primera necesidad: Muchos consiguen comida caliente solamente en el convento.
Además de asistir a los más necesitados, el Convento del Musky también es la sede del Centro Franciscano de Estudios Cristianos Orientales, por lo que es lugar de estudio e investigación para muchos profesores y estudiantes egipcios que tienen a los frailes y a la biblioteca como un punto de referencia para muchos aspectos culturales.