El Jubileo de la Misericordia proclamado por Francisco también llega a Siria. En la inauguración del Año Santo, se dan cita todos los obispos de rito oriental y cientos de fieles de la parroquia de San Francisco en Alepo. "Entre todos se llenó la iglesia, estaba abarrotada", como nos cuentan los frailes de la comunidad de Alepo, el Padre Ibrahim y Padre Firas y sus hermanos. Entre los feligreses presentes en la celebración de Mons. Abou Khazen se encontraban también musulmanes, atentos, en silencio, sumidos en la oración. Este es un pequeño gesto de unidad en medio de quienes quieran ver sólo división. "Porque -dice el padre Ibrahim, el cura- todos necesitamos la misericordia".
Los frailes, sin embargo, también nos dicen que en Siria "la situación es desesperada y la gente ya no puede más: estamos 40 días sin electricidad, y ahora también sin agua. Cuando hace falta, se activan los generadores, pero consumen demasiado: 2 amperios de corriente, suficiente para encender una lámpara de noche, cuestan 20€".
Las familias de Alepo no les queda nada. Continuar apoyando al pueblo sirio en las necesidades concretas es vital. Continúan: "Con la ayuda recibida se compraron 200 litros de gasoil que se destinaron a que 600 familias tengan luz y calefacción. Por otro lado, se proveyó agua, 200 barriles para otras tantas familias, y para los niños: ropa interior, zapatos, chaquetas y suéteres para 200 niños, ya que empieza a hacer realmente frío".
Por este motivo, la Apertura de la Puerta de la Misericordia del sábado 12 diciembre tuvo para ellos un significado aún mayor. El logotipo oficial del jubileo "es un signo muy particular - continúa el padre Ibrahim- simboliza Cristo que lleva sobre sus hombros el herido, cansado, impotente." Es justo como los cristianos de Siria y Tierra Santa: heridos, cansados, impotentes frente a toda esta violencia. Sin embargo, a partir de ahora, una nueva imagen se iluminará los corazones de aquellos que pasan, incluso por error, por delante de la Puerta Santa de Alepo: es la buena imagen de Jesús que no deja sólo al hombre. ¡No los abandonemos, continuemos sosteniendo esta esperanza de Alepo y Siria!