La tarde del martes 5 de enero, el custodio, fray Pierbattista Pizzaballa, y el secretario de la Custodia, fray Sergio Galdi, después del rezo de vísperas abandonaron la iglesia de Santa Catalina. En su programa estaba la visita a las comunidades de Belén que colaboran con los franciscanos. Les acompañaron los principales protagonistas de esta colaboración: los frailes Nirwán al Bana, Badía Elías y Luai Bisharat, que se encargan de la parroquia. Este tiempo de visitas amistosas e informales sirve para intercambiar las felicitaciones, dar y recibir noticias y hablar de los proyectos en curso. Todo ello acompañado, naturalmente, de pastas, licores y café.
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La comitiva ha visitado después al grupo de exploradores de la parroquia, cuyo responsable es fray Luai. Selfies, discursos y pasteles tampoco han faltado. «Cuando vea al Papa el mes próximo –les ha anunciado el custodio- le diré que el cristianismo en Tierra Santa está muy lejos de acabarse porque todavía hay jóvenes como vosotros, en pie, que tienen mucho por hacer». Después han continuado con la Sociedad Antoniana, que gestiona una casa para personas ancianas y donde han podido degustar un chocolate caliente. Los frailes vienen a celebrar aquí la misa cotidiana y organizan con los grupos jóvenes, como los exploradores, actividades y pequeños conciertos.
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El entendimiento y la amistad que reina entre los frailes y las distintas comunidades religiosas se basa en la misma voluntad de servir a Dios y la población –cristiana y musulmana- de Belén.
Una vasta misión para la que nuestras oraciones no están de más.