Presentamos todos los discursos pronunciados por el Papa Francisco en su peregrinaje por Tierra Santa:
En la Misa celebrada en Amman, el Santo Padre dijo: “La paz no se puede comprar, no se vende. La paz es un don que hemos de buscar con paciencia y construir “artesanalmente” mediante pequeños y grandes gestos en nuestra vida cotidiana.”, En el encuentro con los refugiados sirios el Papa afirmó: “nos sentimos profundamente afectados por los dramas y las heridas de nuestro tiempo, especialmente por las que son fruto de los conflictos todavía abiertos en Oriente Medio. Pienso, en primer lugar, en la amada Siria, lacerada por una lucha fratricida que dura ya tres años y que ha cosechado innumerables víctimas, obligando a millones de personas a convertirse en refugiados y a exilarse en otros países. Todos queremos la paz”.
El Papa alentó con las siguientes palabras a los miembros de la Autoridad Palestina: “Ha llegado el momento de que todos tengan la audacia de la generosidad y creatividad al servicio del bien, el valor de la paz”. De la Santa Misa llevada a cabo en la Plaza del Pesebre, donde Francisco habló de los niños y de la importancia de que cada familia y cada sociedad cuide y proteja a los niños. El Papa sostuvo: “También hoy los niños son un signo. Signo de esperanza, signo de vida, pero también signo “diagnóstico” para entender el estado de salud de una familia, de una sociedad, de todo el mundo”.
A propósito de niños, el Santo Padre dirigió unas palabras a los pequeños de los campos de refugiados en Belén, al igual que un discurso a las autoridades israelíes en Tel Aviv. Igualmente, Francisco participó en el asombroso encuentro ecuménico realizado en el Santo Sepulcro de Jerusalén junto al Patriarca de Constantinopla Bartolomeo I.
Después, en el Memorial del Holocausto, el Santo Padre elevó una oración de misericordia por las atrocidades cometidas por la Humanidad: “En este lugar, memorial de la Shoah, resuena esta pregunta de Dios: “Adán, ¿dónde estás?”.”
En su encuentro con el Presidente del Estado de Israel, el Papa Francisco declaró: “Los Lugares Santos no son museos o monumentos para turistas, sino lugares donde las comunidades de creyentes viven su fe, su cultura, sus obras de caridad. Por eso, se deben salvaguardar para siempre en su sacralidad, tutelando así no sólo el legado del pasado, sino también a las personas que los visitan hoy y que los visitarán en el futuro. Que Jerusalén sea verdaderamente la Ciudad de la paz.”
Finalmente el Papa pronunció un discurso en Getsemani durante el encuentro con los sacerdotes, religiosos y seminaristas, al igual que la Homilía de la Misa en el Cenaculo, junto a los Ordinarios de Tierra Santa: “El Cenáculo nos recuerda la comunión, la fraternidad, la armonía, la paz entre nosotros. ¡Cuánto amor, cuánto bien ha brotado del Cenáculo! ¡Cuánta caridad ha salido de aquí, como un río de su fuente, que al principio es un arroyo y después crece y se hace grande”.