Era el 15 marzo 2011. En esa época, el Medio Oriente vivía la tibia esperanza de la Primavera Árabe, cuando una serie de manifestaciones contra el régimen de Bashar Al Assad llevó Siria al caos. Hoy los datos de una guerra, que parece no tenga fin, son elocuentes. Según el Observatorio sirio para los derechos humanos, desde el 15 marzo 2011 en Siria han muertos entre 310.000 y 440.000 personas: entre estas, casi 100.000 podrían ser civiles, cuyos casi 20.000 niños y 10.000 mujeres mayores de edad.
Los evacuados son 11,5 millones (casi la mitad de la población siria antes de la guerra), cuyo 6,5 millones en Siria y los otros cinco diseminados en los campos de prófugos en Turquía (2,7 millones), Irak (230.000), Líbano (1,1 millones) y Jordania (660.000).
En estos días, recurre el triste aniversario de esta guerra que causó muchas historias de sufrimientos, algunas mezcladas con esperanza.
Una esperanza que la infatigable presencia de los frailes franciscanos de la Custodia de Tierra Santa, que aquí se quedan a pesar de todo, lleva a todos cada día. Además de animar sin cesar, desempeña muchísimas actividades.
Antes que nada, la ayuda y el soporte a los pobres, gracias a la distribución de paquetes alimentarios y bienes de primera necesidad, la distribución de agua de pozos mecánicos y de gasóleo por electricidad y calefacción. Además, hay intervenciones sanitarias y abastecimiento de medicinas, el suporte a hospitales y a las obras educativas y la reestructuración, donde se puede recuperar lo que no fue ya destruido.
En estos seis largos años de guerra, tampoco nosotros de Associazione Pro Terra Sancta, siempre al lado de los friales franciscanos, hemos dejado la población. Seguiremos, hasta cuando será necesario, estando al lado de las personas, ayudando los frailes en conservación de los Lugares Santos, manteniendo la esperanza encendida donde parece que no exista más.