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¿Qué está pasando en Líbano y Siria? Diálogo con Lorenzo Trombetta

31 enero 2025
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¿Qué está pasando en Líbano y Siria? Diálogo con Lorenzo Trombetta
¿Qué está pasando en Líbano y Siria? Diálogo con Lorenzo Trombetta

Publicamos algunos extractos de un diálogo con Lorenzo Trombetta, periodista, escritor y corresponsal de Ansa y otros periódicos nacionales e internacionales.

Entrenamiento con Lorenzo Trombetta sobre Líbano y Siria en la actualidad

Teniendo en cuenta las numerosas convulsiones que han tenido lugar en Oriente Medio en los últimos dos años, hemos pedido a Lorenzo Trombetta un momento de debate y análisis en profundidad, el primero -esperamos- de muchos por venir. Para nosotros es fundamental, a pesar de tener una fuerte presencia en la zona, compararnos continuamente con expertos y estudiosos para tener siempre una imagen completa de la zona. Además de descubrir nuevos elementos, todas ellas son oportunidades para reflexionar sobre la mejor manera de abordar las distintas situaciones de crisis.

En particular, le pedimos a Lorenzo una actualización sobre Líbano y Siria y posibles escenarios futuros. Publicamos algunos extractos del diálogo que mantuvimos con él.

Cómo acercarse a Oriente Medio

Antes de abordar los dos temas Líbano-Siria con todas sus articulaciones, hago una premisa: tiendo a considerar los espacios geográficos más allá de las fronteras de los Estados-nación. Durante años, yo y otros colegas hemos estado tratando de tener una mirada que vaya más allá porque, como ustedes saben porque están inmersos en la realidad local, lo que sucede en una zona tiene repercusiones inevitables en la otra, incluso si pasa una frontera trazada allí, de hecho hace solo un siglo. Y, como en el caso del norte del Líbano, por ejemplo, esa frontera es realmente muy porosa.

El tema de la migración y la seguridad son temas que ponen en evidencia esta interconexión entre territorios; por lo tanto, siempre trato de hacer un discurso que tenga en cuenta estas conexiones. Siempre invito a cualquiera, sobre todo a aquellos que nunca han estado en estos lugares, a reflexionar, a tener una visión más transnacional que intente recomponer ciertos espacios. Un ejemplo es el valle de Beka'a [en el Líbano, en la frontera con Siria ed.], que inevitablemente mira a Damasco, especialmente desde un punto de vista social y económico, más que a Beirut. Si bien Beirut es la capital desde el punto de vista institucional, hay que intentar establecer sinergias, en la medida de lo posible, en los espacios que cada uno tiene.


Lo que sucedió el 8 de diciembre en Siria está relacionado con el "alto el fuego" en el Líbano: la cronología misma nos dice cómo todo está conectado de alguna manera, pero no porque tenga la intención de conspirar, sino en el sentido de imaginar un diseño complejo. No quiero pensar que todo fue planeado en un diseño estratégico preciso. Sin embargo, cuando comenzó la ofensiva desde Idlib el 27 de noviembre, el alto el fuego entre Hezbolá e Israel también acababa de comenzar. No en el sentido de que coordinaron: "¿Me puedo ir? Sí, vete".

Sin embargo, nos encontramos en un contexto en el que el factor humano es decisivo, como todos los demás, y probablemente una serie de actores, incluidos individuos, han encontrado una oportunidad política y geopolítica en ese espacio temporal concreto. Los acontecimientos comenzaron en Siria, pero, si queremos identificar un punto geográfico desde el que partieron algunas cosas, podemos decir que comenzaron en el Líbano, o más precisamente en su parte occidental.

Líbano: ¿qué está ocurriendo y cuáles son los posibles avances?

Estamos en una fase de transición, con esperanzas legítimas de cambio en el Líbano y Siria, pero eso llevará tiempo. En un contexto como el libanés, donde las prácticas establecidas están arraigadas en la mentalidad, los cambios deben ser graduales. La gestión de recursos y servicios es fundamental para un cambio real. Las expectativas son altas, especialmente en lo que respecta al primer ministro a cargo, Nawaf Salam, que tiene un perfil prometedor y un pasado académico relevante. Sin embargo, el cambio se encuentra con una fuerte resistencia, incluidos los grupos políticos y religiosos arraigados en el sistema.

Salam se encuentra en una posición difícil, en la que debe negociar un cambio dentro de las reglas actuales, evitando alienar a grupos más influyentes como Hezbolá. Aoun, el nuevo presidente, parece más orientado a la defensa de intereses externos, como los de Estados Unidos e Israel, mientras que Salam busca un cambio interno. La situación política es compleja y no es seguro que el cambio pueda ocurrir rápidamente.

El sistema de distribución de recursos y servicios sigue dominado por un poder consociacional, donde el cambio real se ve obstaculizado por intereses sectoriales. La migración, además, es un fenómeno que pone de manifiesto las disfunciones del sistema y la perpetuación de las desigualdades. En este contexto, el panorama para la gente normal aún no ha cambiado, con continuas dificultades estructurales. La esperanza de un cambio real aún está lejos, con el riesgo de que los beneficiarios de los proyectos humanitarios continúen viviendo en condiciones vulnerables.

Siria: ¿cuáles son las perspectivas para esta nueva situación?

La situación en Siria es obviamente muy compleja, con diferentes áreas bajo formas autónomas de gobierno. Tras el cambio de poder del 8 de diciembre, Siria no solo está gobernada por un poder central, sino que existen diversas formas de autonomía a nivel local. A pesar del gobierno de Ahmad al-Shara [noto come Jawlani n.d.r.], el poder está fragmentado y cada ciudad tiene su propia fórmula de gobernanza, que negocia directamente con el gobierno central.

Por lo tanto, la gobernanza actual se compone de acuerdos locales, a menudo con grupos influyentes que se han reorganizado, como los notables locales que perdieron el poder en la década de 1980 y ahora han sido reinstalados en posiciones de poder. Además, hay que tener en cuenta los recursos, especialmente los naturales y territoriales, que son muy importantes y están configurando las dinámicas de poder.

El gobierno central está tratando de establecer una nueva estructura constitucional, pero la discusión aún se está preparando. La creación de una nueva constitución, que podría llevar años, aún está muy lejos, y esto ha llevado a la creación de comités preparatorios que aún no han dado resultados concretos. La Constitución siria, que tiene sus raíces en la década de 1920, necesita ser actualizada, pero el proceso avanza lentamente.

Al mismo tiempo, las instituciones sirias en los últimos 10 años han sido corruptas y han funcionado mal, a pesar de que siempre ha habido figuras altamente calificadas. Tanto es así que se han confirmado muchas posiciones del régimen pasado para no interrumpir algunos procesos. Pero a nivel institucional, se necesitan reformas profundas para crear un Estado funcional y transparente. Y, aunque se han hecho algunos anuncios, la realidad del funcionamiento del Estado dista mucho de la de un gobierno eficiente.

En el plano económico, Siria está tratando de recuperarse gracias a la ayuda de países externos como Arabia Saudita y Qatar. Sin embargo, de esta manera corre el riesgo de convertirse en un nuevo "Líbano", donde quienes ofrecen la mejor financiación adquieren influencia política, socavando así la soberanía del país. En este escenario, potencias regionales como Arabia Saudita y Turquía están desempeñando un papel clave en la configuración de la política siria, particularmente en lo que respecta a la gestión de recursos y la estabilidad regional.

Y aquí viene la cuestión kurda que sigue siendo central, con Turquía tratando de extender su control sobre el norte de Siria, contrarrestando a las fuerzas kurdas. En la parte septentrional del Éufrates siguen en curso varios enfrentamientos. Este conflicto refleja una lucha más amplia por la soberanía territorial y el control de los recursos. Por lo tanto, Siria se enfrenta a un gran desafío: decidir si será un país para todos sus ciudadanos o si continuará dividiendo los recursos y el poder entre grupos étnicos y sectarios, como suníes, alauitas y kurdos.

La cuestión de la ciudadanía y los derechos en Siria está estrechamente vinculada a la cuestión étnica, ya que el sistema actual refleja una jerarquía entre grupos. Se trata de un tema que va más allá del simple conflicto religioso y toca las raíces de la formación de una identidad nacional siria. Las divisiones internas siguen siendo fuertes y, si no se abordan, podrían seguir socavando el futuro político del país.

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