"Se implementaron medidas de urgencia para limitar la situación, pero la verdad es que nadie estaba realmente preparado para enfrentar algo similar."
"Ha sido un día dramático." Así Fadi Behjani, el jefe de proyecto de las oficinas de Pro Terra Sancta en Líbano, describe la jornada del martes 24 de septiembre, un día en el que una lluvia de misiles israelíes cubrió de humo y fuego varias áreas del País de los Cedros.
"Han bombardeado grandes zonas del país, no solo el sur: el Valle de la Becá, por ejemplo, o la zona del Monte Líbano. Además, son zonas habitadas por comunidades musulmanas chiítas y cristianos: hay varios pueblos donde estas comunidades conviven, y los bombardeos los golpearon sin distinción." Los ataques no hicieron distinción entre civiles y posibles miembros de Hezbollah.
Desde el lunes, los ataques aéreos han causado 570 muertos y más de 1.700 heridos. 500.000 personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares, trasladándose hacia Beirut, donde muchas escuelas se han convertido en centros de acogida. "Todas las carreteras hacia Beirut están bloqueadas debido al tráfico", explica Fadi. "Ayer, se utilizaron ambos sentidos de la marcha para llegar a la ciudad, creando atascos y caos para quienes intentaran desplazarse."
Nuestro jefe de proyecto describe la desorientación y el miedo que se han extendido por todo el país: "Se tomaron medidas inmediatas para abordar la situación, el gobierno cerrró rápidamente las escuelas para convertirlas en refugios para todas las personas desplazadas, pero la verdad es que nadie estaba realmente preparado para algo así." Las necesidades son muchas y están en constante aumento, y es esencial identificarlas para poder ayudar de verdad. Le preguntamos a Fadi cuáles son, según él, las necesidades más urgentes en estos momentos de terror e incertidumbre, y cómo están actuando nuestros colegas: "Definitivamente, hay una gran necesidad de todo lo necesario para montar refugios improvisados: colchones, mantas, ropa, productos para bebés como pañales y leche en polvo, además de comida y agua. En particular, el agua es un problema difícil aquí en Líbano: solo se puede acceder a dos litros de agua cada dos días, lo cual no es suficiente para los miles de refugiados, y mucho menos para limpiar adecuadamente los espacios, la ropa y los objetos disponibles en los centros de acogida."
No solo las escuelas ofrecen acogida: algunos conventos también se han reorganizadi, convirtiéndose en refugios para las familias obligadas a huir de sus hogares. En Tiro, en la región sur, padre Toufic está acogiendo a unas 150 personas en su convento: "Desde el lunes somos un centro de acogida: en este momento, 35 familias de diferentes zonas del país han pedido asilo aquí"; el convento es, de hecho, un punto de referencia importante para una vasta área del sur de Líbano.
"Esta mañana, alrededor de las 6:30, un misil cayó cerca de nuestro convento, a no más de 1 kilómetro de distancia. Esta vez están muy cerca; llevamos dos días sin descanso." Para Toufic es importante poder contar en primera persona lo que está ocurriendo en su país y los esfuerzos de ayuda que se están realizando: "Es bueno que nuestra voz se escuche ahora, que se difunda y se escuche. Es terrible, más de 500 personas muertas en 24 horas..."
Papa Francisco también expresó su dolor por los eventos de las últimas horas, una escalada que definió "inaceptable": "Estoy dolorido por las noticias que llegan desde el Líbano, donde en los últimos días intensos bombardeos han causado muchas víctimas y destrucción. Expreso mi cercanía al pueblo libanés, que ya ha sufrido demasiado"
En este momento de tensión, mantenemos un contacto constante con nuestros colegas que viven y trabajan allí: queremos hacerlos sentir escuchados, no dejarlos solos, y necesitamos entender qué podemos hacer para satisfacer las necesidades de las víctimas de esta terrible situación. Hemos activado una recaudación de fondos para financiar nuestras actividades de distribución de medicamentos y paquetes de alimentos y cubrir todas las necesidades de las personas afectadas por la emergencia.
