El agua y el control de los recursos hídricos es uno de los puntos sensibles en la región del Mediterráneo y más concretamente en Oriente Medio. Desde el comienzo del conflicto entre israelíes y palestinos, los recursos hídricos no cubren las necesidades básicas de agua necesarias para los habitantes. La escalada del conflicto también ha agravado el problema en los últimos años y para los palestinos se ha hecho imposible conectarse a las redes de agua o cavar pozos a más de una cierta profundidad. La situación de la explotación del agua se ve empeorada de forma determinante -especialmente en el caso palestino- por la ineficacia del sistema de distribución de agua -obsoleto y en mal estado- unido a un sistema de alcantarillado disfuncional y, por tanto, con un escasísimo recurso a la reutilización de aguas tratadas.
Después de más de treinta años, cerca de 180 poblaciones de Cisjordania aún no están conectadas a un sistema de distribución y alrededor del 75% de las ciudades y pueblos palestinos no reciben agua más que durante unas pocas horas a la semana. Por ello, la población debe hacer reservas en bidones, que son de higiene precaria y un riesgo. El consumo doméstico en los últimos años había alcanzado un promedio de 20 a 35 litros por habitante y día, lejos de los 150 litros indicados por la OMS, la Organización Mundial de la Salud, como un índice de necesidades básicas diarias.
La falta de agua es uno de los mayores problemas que afectan a la sociedad actual palestina, condicionando significativamente la vida cotidiana de cientos de miles de personas. El problema es particularmente agudo en el casco antiguo de Belén, donde en los techos de las casas, muy a menudo, hay tanques oxidados y agrietados que, además de dispersar a los ya escasos recursos hídricos, los hacen insalubres y arriesgados para la salud de quienes los usan. Gracias al generoso apoyo deACA DE VITA, bajo el proyecto " Voglia di acqua" (‘Deseo de agua’) la Asociación pro Terra Sancta ha podido reemplazar viejos tanques de algunas de las familias más pobres en Belén con nuevos depósitos, capaces de mantener el agua limpia y saludable. Una de las familias afortunadas es la del Sr. Elyas Abu Jaber, que vive con su esposa y cinco hijos en una de las casas más antiguas del centro de Belén. Sus tanques estaban rotos y oxidados y la familia, para eliminar la suciedad y los residuos, se veía obligada a filtrar el agua del grifo a través de gasa y a hervirla antes de usarla. Ahora Elyas, su esposa e hijos, además de no tener que repostar constantemente de camiones cisterna y así tener un importante ahorro de costes, podrá disfrutar de un agua limpia, clara y saludable.
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