"Fue una experiencia maravillosa porque enseñamos a muchos jóvenes la historia de este país, para que podamos mejorarlo y, esperamos, preservarlo en el futuro". Jawad, el coordinador del curso, está contento al hacer una primera evaluación de estos días. Un proyecto para repensar la arqueología, para darla a conocer a los niños, para apasionarlos por su patrimonio cultural y artístico. Eso es lo que está sucediendo con Betania, donde Pro Terra Sancta ha decidido ofrecer a un grupo de diecisiete estudiantes (de entre 14 y 17 años) la oportunidad de discutir un nuevo enfoque de la arqueología dirigido no solo a un mayor conocimiento de los artefactos cerámicos, sino también, y sobre todo, a la enseñanza. Estos son estudiantes, en su mayoría niñas muy jóvenes y tres estudiantes de la Universidad Al-Quds, que contribuyeron activamente a la comparación.
Génesis de la iniciativa
Carla Benelli, responsable de proyectos culturales de Pro Terra Sancta, explica la génesis de este importante proyecto: "Estamos presentes en Betania desde 2016. Comenzamos a trabajar en el santuario de la Custodia de los Franciscanos, donde en los años cincuenta las excavaciones arqueológicas habían sacado a la luz algunos restos del convento benedictino de la época cruzada vinculados a las figuras de Marta y María, y por lo tanto a la figura de Lázaro. Este lugar estaba en estado de abandono, pero era propiedad de la Custodia de Tierra Santa. En 2017 comenzamos a trabajar desde allí y con el paso de los años nos hemos expandido al centro histórico de la ciudad de Betania, alrededor de la tumba de Lázaro, involucrando también a otras instituciones, especialmente la Universidad local.
Desarrollo de la iniciativa
A lo largo de los años las iniciativas se han multiplicado, llegando hasta hoy. El curso ha limitado deliberadamente los aspectos teóricos prefiriendo los prácticos: manipular la arcilla para captar las diferentes características de la materia prima; modelar cerámica sin usar el torno para comprender mejor la importancia de los gestos que debe tener un artesano para obtener artefactos funcionales; construir un horno horizontal y un horno de pilotes para experimentar las dificultades relacionadas con la cocción de objetos; Construir un muro con ladrillos de arcilla cruda para comprender mejor la gran ductilidad del uso de una materia prima tan simple como insustituible en todos los períodos históricos.
Además, este enfoque de la enseñanza también es exitoso desde un punto de vista "humano", funcional a una participación activa y participativa de todos los miembros.
Una mirada al futuro de los jóvenes
La intención era también acercar a los jóvenes al mundo de la artesanía considerada como parte integral del Patrimonio Cultural de Palestina. Por esta razón, se concertaron una serie de visitas a talleres artesanales en Hebrón y el área de la antigua Sebaste: los artesanos demostraron su capacidad para seleccionar la mejor arcilla, su dominio en el torneado y su conocimiento. Esta parte del proyecto representó un momento de reflexión sobre la necesidad de no perder un patrimonio transmitido de generación en generación. Se ha convertido, por lo tanto, en una etnoarqueología que demuestra una sólida unión entre pasado, presente y futuro. "Hemos visto cuánta pasión han puesto los chicos en ello – concluye Jawad – y estoy seguro de que al final estarán cada vez más involucrados en la preservación del patrimonio cultural de nuestro país que está desapareciendo".