"Estoy descubriendo, de hecho, redescubriendo la mayor parte de mi fe y la fe de mis amigos cristianos. Cuando no conocemos nuestro prójimo, nos dejamos ser guiados por los estereotipos y la desconfianza... pero toma tan poco,” dice Mohammed, de 16 años, con entusiasmo al final de la conferencia que se celebró en la Escuela católica-griega en Beit Sahour. En total, una veintena de niños son acompañados por los educadores del Instituto Educacional Árabe - Open Windows, la ONG local en Belén que colabora con la Asociación Pro Terra Sancta.
Los niños y niñas cristianos e islámicos, forman parte de dos comunidades que siempre han vivido juntos en Palestina, compartiendo barrios, costumbres, y tiempos de paz y de conflicto, pero raramente tienen la oportunidad de conocerse cercanamente.
A través de reuniones con los entrenadores de ambas religiones, actividades en grupos, visitas a los barrios diferentes y relatos de testigos, "el proyecto", dice Roger, uno de los gerentes, "es para educar a los jóvenes, construyendo puentes entre las comunidades y tejiendo la trama en una convivencia constructiva." "La convivencia verdadera, - continúa - no significa la tolerancia entre sí. Respetar a los demás, no es sólo no interferir. También significa interesarse, conocerse y apreciar uno al otro.”
También esta Hala, cristiana y de 16 años. "Es una oportunidad única para nosotros porque en la escuela no tenemos ninguna manera para estudiar y aprender acerca de lo que nos une y lo que nos hace únicos como comunidades e individuales," dice sonriendo.