Estas son las palabras que el Papa Benedicto XVI ha proclamado ayer, durante la homilía en la Santa Misa, en frente a una plaza llena de gente en la capital libanés:
"Servir es una exigencia imperativa para la Iglesia y, para los cristianos, el ser verdaderos servidores, a imagen de Jesús. El servicio es un elemento fundamental de la identidad de los discípulos de Cristo (cf. Jn 13,15-17). La vocación de la Iglesia y del cristiano es servir, como el Señor mismo lo ha hecho, gratuitamente y a todos, sin distinción. Por tanto, en un mundo donde la violencia no cesa de extender su rastro de muerte y destrucción, servir a la justicia y la paz es una urgencia, para comprometerse en aras de una sociedad fraterna, para fomentar la comunión. Queridos hermanos y hermanas, imploro particularmente al Señor que conceda a esta región de Medio Oriente servidores de la paz y la reconciliación, para que todos puedan vivir pacíficamente y con dignidad. Es un testimonio esencial que los cristianos deben dar aquí, en colaboración con todas las personas de buena voluntad. Os hago un llamamiento a todos a trabajar por la paz. Cada uno como pueda y allí dónde se encuentre."
Un llamamiento a la paz en todo el Medio Oriente y sobre todo en Siria, confirmado con fuerza después de la oración del Ángelus:
"Queridos hermanos y hermanas, dirijámonos ahora a María, Nuestra Señora del Líbano, en torno a la cual se encuentran los cristianos y los musulmanes. Pidámosle que interceda ante su divino Hijo por vosotros y, en particular, implorando el don de la paz para los habitantes de Siria y los países vecinos. Conocéis bien la tragedia de los conflictos y de la violencia, que genera tantos sufrimientos. Desgraciadamente, el ruido de las armas continúa escuchándose, así como el grito de las viudas y de los huérfanos. La violencia y el odio invaden sus vidas, y las mujeres y los niños son las primeras víctimas. ¿Por qué tanto horror? ¿Por qué tanta muerte? Apelo a la comunidad internacional. Apelo a los países árabes de modo que como hermanos, propongan soluciones viables que respeten la dignidad de toda persona humana, sus derechos y su religión. Quien quiere construir la paz debe dejar de ver en el otro un mal que debe eliminar. No es fácil ver en el otro una persona que se debe respetar y amar, y sin embargo es necesario, si se quiere construir la paz, si se quiere la fraternidad (cf. 1 Jn 2,10-11; 1 P 3,8-12). Que Dios conceda a vuestro país, a Siria y a Medio Oriente el don de la paz de los corazones, el silencio de las armas y el cese de toda violencia. Que los hombres entiendan que todos son hermanos.".
(Para leer todos los discursos del Papa Benedicto XVI en Líbano: www.vatican.va).
ATS pro Terra Sancta – que se encuentra también en el Líbano, en donde apoya las obras de los franciscanos de la Custodia de Tierra Santa, así como en la vecina Siria, que actualmente es escenario de conflicto y de destrucción -, se une a la oración del Santo Padre por los cristianos del Medio Oriente y de estas regiones en particulares.