"La situación humanitaria, sobre todo en Alepo, es desgarradora. Falta electricidad y agua, la gente vive continuamente bajo los bombardeos”.
Fray Pierbattista Pizzaballa, Custodio de Tierra Santa, y presidente de la Asociación pro Terra Sancta, acaba de regresar de un viaje corto a Siria, que aún vive en sus ojos las atrocidades de una guerra, ya en su quinto año. Esto es lo que cuenta a la Asociación pro Terra Sancta en una entrevista.
Padre Pizzaballa, ¿cuáles son las principales dificultades de la población?
El coste de vida crece día a día. El sistema de salud es insuficiente para responder a los bombardeos. Nuestro hospital en Aleppo es uno de los pocos en funcionamiento, pero los pocos médicos que quedan tienen dificultad para trabajar correctamente.
¿Qué significa la presencia de los franciscanos para la población?
Es esencial permanecer en Siria, debido a que las personas no sólo necesitan el pan para vivir. A veces importa más una palabra de consuelo o un apretón de manos. No pretendo cambiar el rumbo de la guerra, pero en esta guerra tenemos la oportunidad de cambiar nosotros mismos, de arremangarnos y ponernos a trabajar, de seguir creyendo que el hombre es básicamente bueno porque fue creado a imagen de Dios, y no permitir que la lógica de la guerra se convierta para nosotros en el criterio con el cual mirar toda esta violencia.
¿Hay lugar para la esperanza en Siria?
Muchos pequeños signos nos dicen que la esperanza es posible y, añadiría, un deber. Los pobres se ayudan mutuamente, sobre todo aquellos que han perdido sus hogares. Algunos han hecho un espacio en su casa para alojar a los desplazados. Asistí a un funeral de una madre muerta con sus dos hijas: había muchas mujeres musulmanas con pañuelos en la cabeza que asistieron a la misa a llorar junto a sus vecinos cristianos. Es un gran signo de solidaridad. No es cierto que todas las relaciones se rompen, como se quiere hacer creer. Son pequeñas cosas, lo sé. Pero hay señales importantes en este mar de odio.
¿Qué pide a Occidente y a cada uno de nosotros?
Yo pido que no se olvide y que se ayude económicamente a las organizaciones que están bien arraigadas en el país y que a pesar de esta guerra atroz continúan trabajando para construir. Es importante y necesario no darse por vencido, seguir creyendo que se puede hacer algo, que no es el final de nuestra historia sino que es posible preservar el patrimonio único que Oriente Medio ha conservado hasta nuestros días.
Qué hace la Asociación pro Terra Sancta y cómo puede ayudar
Usted también puede estar al lado de los frailes franciscanos y de los 4 centros de acogida, que cubren las necesidades más inmediatas de los más pobres de la población en Siria.
Proporcionan comida y leche para los niños, ropa, gafas, medicamentos, operaciones quirúrgicas y atención médica; ayudan a reparar provisionalmente casas destruidas por los misiles, a pagar el alquiler, e incluso en los desplazameintos para escapar; en los gastos escolares.
Así es como invertimos sus donaciones:
Con 30 euros: compramos alimentos, agua potable y tratamientos para los niños.
Con 50 euros: se ayuda a suministrar mantas a un centro de acogida.
Con 100 euros: se garantiza la cuota escolar para un niño, lo que quiere decir sacarlo de la calle
Con 250 euros: se apoya la compra de maquinaria médica para el hospital de Alepo o el alquiler de una familia.